02 de noviembre de 2021.- Observatorio financiero del Consejo General de Economistas.

    El incremento del 2% del PIB en el 3er trimestre, inferior al 3% estimado, hace que la previsión de crecimiento para 2021 baje hasta situarse en una cifra en torno al 5%, pero se mantiene la estimación del 6% para 2022

    Se espera un incremento del PIB de alrededor el 2,5% en el cuarto trimestre

    El ensanchamiento de nuestro diferencial del IPC con Europa, ahora de 2,1 puntos, unido a nuestra menor productividad, empeora nuestra competitividad y puede perjudicar a las exportaciones

    La EPA correspondiente al tercer trimestre de 2021 ha situado la tasa de paro en el 14,57%. Se estima que a final de año se sitúe en el 14,5%, y que se rebaje al 14% en 2022  

    El Índice adelantado de octubre del PMI Compuesto de la Actividad Total de la Zona Euro refleja una cierta ralentización del crecimiento, al  situarse en el 54,3 (frente al 56,2, en septiembre, y al 59,5 en agosto). En España, el PMI manufacturero ha sido de 57,4 en octubre, frente al 58,1 registrado en septiembre y el 59,5 en agosto

    OBSERVATORIO FINANCIERO, 2 DE NOVIEMBRE DE 2021

    Los datos adelantados de contabilidad nacional correspondientes al tercer trimestre de 2021, publicados por el INE, reflejan un incremento trimestral del PIB del 2%, inferior al previsto (3%), y sitúa la tasa interanual en el 2,7%. La caída del consumo en el trimestre, -0,3%, y fundamentalmente el consumo de los hogares (-0,5% frente al 6,6% del trimestre anterior), no estaba prevista porque se esperaba un incremento de ingresos del turismo en verano.

    De confirmarse estos datos, el peso de la demanda nacional al PIB se reduce a 1,5 puntos, frente al 17,3 puntos del trimestre anterior, mientras que la demanda externa se ha incrementado 1 punto (1,2 puntos frente a 0,2 del trimestre anterior), fundamentalmente por el mejor comportamiento de las exportaciones en el trimestre (6,4%).

    La evolución de los principales indicadores ha sido la siguiente:

    La tendencia alcista de la inflación es preocupante. Según el indicador adelantado del IPC de octubre publicado por el INE, los precios se han incrementado un 2,0% respecto al mes de septiembre y la tasa de variación anual, de confirmarse el avance, se sitúa en el 5,5%, un punto y medio más que en septiembre (4,0%). Este crecimiento del 5,5% supondría el nivel más alto del IPC desde septiembre de 1992 y estaría ocasionado fundamentalmente por la subida de los precios de la electricidad, que nos está afectando más que al resto de Europa. El ensanchamiento de nuestro diferencial con Europa, ahora de 2,1 puntos, unido a nuestra menor productividad, empeora nuestra competitividad y puede perjudicar a las exportaciones.

    Por su parte, la tasa de variación anual de la inflación subyacente ha aumentado cuatro décimas hasta el 1,4%, lo que indica que el aumento de los precios de la energía se está trasladando a otros productos de consumo.

    EI PMI compuesto de la zona euro se ha reducido en octubre hasta el 54,3 (-1,9 puntos menos que en septiembre), el menor de los últimos seis meses, muy afectado por las crecientes dificultades de aprovisionamiento en las cadenas de suministro, que limitan la producción e impulsan los precios. En cuanto al PMI manufacturero español, también sigue la tendencia bajista, situándose en octubre en el 57,4, frente al 58,1 registrado en septiembre y el  59,5 en agosto.

    Nuestra previsión es que los precios de la energía y las materias primas cederán en el primer semestre 2022, por cierta ralentización en el crecimiento que se puede producir por las circunstancias adversas que se dan en la actualidad y sobre todo por la normalización de la demanda, que se vio exacerbada tras los éxitos de la vacuna.  Sin embargo, consideramos que persistirá la problemática del aprovisionamiento de suministros y bloqueo de los contenedores, que pueden alargar su solución hasta principios del 2023. De todas formas, creemos que pesará más el primer factor y la inflación empezará a normalizarse en el próximo ejercicio.

    Teniendo en cuenta las incertidumbres mencionadas, estimamos que el PIB a final de año tenga un crecimiento en torno al 5%, siempre y cuando los datos finales de crecimiento del tercer trimestre se ajusten al adelantado –es decir, 2%–, se mantengan constantes el resto de variables, y se consiga un crecimiento en el último trimestre del 2,5%. Hay que tener en cuenta que, como consecuencia del ajuste de 1,7 puntos en el crecimiento del PIB del segundo trimestre llevado a cabo en septiembre, procedimos a revisar a la baja nuestra previsión en 5 décimas, hasta el 5,8%. En cualquier caso, el crecimiento PIB en términos reales puede ser inexistente al ser corregido por la alta tasa de inflación.

    Para 2022, mantenemos nuestra estimación de crecimiento hasta el 6%, por la normalización de la actividad, la estabilización de los precios y, sobre todo, por el efecto de la aplicación de las ayudas europeas; aunque, por otra parte, hay una cierta preocupación por la efectividad para hacer realidad un porcentaje aceptable de las mismas.

    La deuda pública en agosto ha sido de 1.419 miles de millones, que representa el 122,25% del PIB, frente al 122,8% que representaba a finales de segundo semestre. Los ingresos fiscales de las Administraciones públicas han crecido hasta agosto mucho más intensamente que los gastos, suponiendo el déficit a esa fecha el 5,54% del PIB, tres puntos inferior que lo fijado para el año por el Gobierno (8,4%). Nuestra previsión es que en los siguientes meses se vaya moderando la deuda (también considerando el incremento del PIB) para situarse a final de año en torno al 121%, en tanto que el déficit se prevé que se sitúe en 2021 en una horquilla de entre el 8% y el 9%.

    La EPA correspondiente al tercer trimestre de 2021 ha situado el número de ocupados en 20.031.000 (359.300 personas más que el trimestre anterior y 854.100 personas más –un 4,45%– que en el tercer trimestre de 2020).

    El número de desempleados ha bajado este trimestre en 127.100 personas y se sitúa en 3.416.700. Por el contrario, el número de activos ha aumentado en 232.200 personas, hasta 23.447.700, situando la tasa de paro en el 14,57%, 69 centésimas menos que en el trimestre anterior, y 1,69 puntos menos que hace un año.

    Esta evolución positiva del empleo nos hace revisar a la baja nuestra previsión de la tasa de paro, rebajándola un punto, hasta el 14,5% para final de este año. No obstante, dependiendo de la evolución de las incertidumbres sobre el crecimiento de nuestra economía en el último trimestre, en el que, como se ha indicado, se vislumbra cierta desaceleración, podría variar nuestra previsión. Para 2022, considerando que la economía crezca el 6%, estimamos que la tasa de paro se situará en el 14% frente al 14,9% de nuestra anterior previsión.

    En los presupuestos presentados por el Gobierno para 2022 no se está corrigiendo la previsible desviación entre la estimación de crecimiento del PIB del Gobierno (6,5%) y la estimación calculada a partir del crecimiento de los tres primeros trimestres, desviación que podría estar entre 1,5 y 2 puntos, y, por tanto, producir un desfase entre los ingresos y gastos previstos. Nos encontramos con una oportunidad única para que, con los Fondos Europeos, se acometan las reformas necesarias para impulsar la competitividad de las empresas y la productividad, y se lleven a cabo proyectos enfocados a la innovación y la digitalización de nuestro tejido productivo. Es fundamental fomentar el ahorro y favorecer la inversión en un marco de seguridad jurídica.