30 de noviembre de 2020.- Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas. El Consejo General de Economistas rebaja su previsión de crecimiento en 2021 al 5,5% y mantiene que en 2020 el PIB se contraerá el 12,2 %

    Se estima que para final de año la tasa de ahorro interanual se modere, situándose en torno al 18%, y que, en la medida en que la incertidumbre sanitaria se vea reducida por la vacuna, se incremente el consumo privado en 2021 hasta llegar a una tasa de ahorro en torno al 8%/10%.

    Sería necesario que los fondos europeos se destinaran a realizar las reformas necesarias que permitan corregir las deficiencias de nuestra economía y elevar nuestra productividad.

    OBSERVATORIO FINANCIERO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2020

    Al igual que ha ocurrido en las principales economías del mundo, el crecimiento con fuerza del PIB en el tercer trimestre en España, con un incremento del 16,7% intertrimestral, no ha sido suficiente para compensar las caídas de los trimestres anteriores.

    En este trimestre, la segunda ola de la pandemia, con el aumento del número de contagios y las restricciones impuestas, está teniendo un efecto negativo en el turismo, la hostelería, la restauración y las actividades artísticas. Por ello, se estima que el PIB podría decrecer con respecto al trimestre anterior, aunque con una caída inferior al 3%. En cualquier caso, se mantiene la previsión de contracción del PIB en tasa interanual del 12,2% a final de año.

    En cuanto a 2021, se revisa a la baja la previsión de crecimiento realizada en septiembre, desde el 7,2% al 5,5%, motivada fundamentalmente por la incertidumbre existente en la continuidad de muchas empresas y de los empleos, una vez finalice la prórroga de los ERTES, así como la moratoria en la solicitud de concurso de acreedores de las empresas, que pudiera dar lugar a paro de larga duración y a insolvencia de empresas, con el consiguiente riesgo financiero.

    En este sentido, se mantiene la estimación de que la tasa de paro se sitúe en torno al 18% para este año, por encima del 17,1% estimado por el Gobierno. También hay que tener en cuenta que, probablemente, en 2021 una gran parte de los ERTES se conviertan en despidos definitivos, en muchos casos para trabajadores sin cualificación y con pocas posibilidades de recolocación y, por tanto, esto afecte a su capacidad adquisitiva, lo que lógicamente afectará al consumo. Esta incertidumbre está provocando que la tasa de ahorro de los hogares sobre la renta disponible bruta trimestral, corregida de efectos estacionales y de calendario, se haya situado en el 22,5% en el segundo trimestre, 12,3 puntos superior a la del trimestre anterior. Se estima que para final de año la tasa interanual se modere, situándose en torno al 18%, y que, en la medida en que la incertidumbre sanitaria se vea reducida por la vacuna, se incremente el consumo privado en 2021 hasta llegar a una tasa de ahorro en torno al 8%/10%.

    Por otra parte, la propuesta de limitación de los precios de los alquileres puede provocar el efecto contrario en el mercado inmobiliario, creando inseguridad jurídica y desincentivando la inversión en este sector. Por ello, abogamos por otro tipo de medidas, como pueden ser las ayudas al alquiler o  la construcción y compra de edificios para destinar a vivienda en alquiler social y/o precio  limitado con algún tipo de subsidio público que permita la colaboración público-privada para la construcción de un parque de vivienda asequible.

    El incremento del gasto público y el desplome de la recaudación hace que se estime un déficit público entre el 12% y el 15% y la Deuda Pública en torno al 120%-125% en 2020, como ya se ha indicado en anteriores informes.

    El efecto de los fondos europeos en nuestra economía puede no ser suficiente para evitar los cierres de pequeñas y medianas empresas, dado que, para acceder a estos fondos, los proyectos deben estar alineados con las prioridades definidas por la Unión Europea: digitalización, economía verde, competitividad industrial, aspectos estos generalmente en manos de grandes empresas. Sería necesario que los fondos europeos se destinaran a realizar las reformas necesarias que permitan corregir las deficiencias de nuestra economía y elevar la productividad, es decir, que vayan ligadas a la modernización de la economía. En ese sentido, dado que el 95% del tejido empresarial de nuestro país está formado por pymes, es fundamental su reestructuración, potenciando la tecnología y la digitalización para mantenerse en el mercado. La Ley de Presupuestos Generales del Estado, cuyo proyecto está siendo objeto de debate actualmente por el Congreso, se basa en un incremento del PIB en 2021 del 9,8%, incluyendo la aportación de los fondos europeos, estimación que es difícil que se cumpla, como hemos indicado anteriormente, dada la incertidumbre sanitaria, social y económica existente a fecha de hoy.