Es probable que la tasa de paro se mantenga en los niveles actuales hasta final de año, en torno al 12,7%, con cifras por debajo de los tres millones de parados. No obstante, el empleo está dando síntomas de estancamiento, y para 2023 se espera un incremento de la tasa de paro hasta el 13,1%.
El consumo aún no se ha visto fuertemente afectado por la contracción del poder adquisitivo, quizás debido al ahorro embalsado durante el periodo de pandemia, así como a las ayudas que se están aplicando para minorar no solo la subida de los precios sino también la de los tipos de interés. Las exportaciones, de momento, tampoco se están viendo perjudicadas.
OBSERVATORIO FINANCIERO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2022
Los indicadores adelantados de confianza empresarial y del consumidor anticipan una desaceleración de la actividad para el último trimestre de este año, pero sobre todo para el inicio de 2023, a nivel mundial. Las elevadas tasas inflación, con el consiguiente deterioro del poder adquisitivo, derivado fundamentalmente de los altos precios de la energía, la situación geopolítica de Ucrania y la escasez de suministros que aún persiste, está pesando en la confianza de empresas y de familias. Así, el Índice PMI Compuesto de Actividad Total de la Zona Euro se situó en octubre en 47,3, frente al 48,1 de septiembre, registrando su mínima en veintitrés meses, y el Índice PMI Actividad Comercial del Sector Servicios de la Zona Euro se situó en octubre en 48,6, frente a 48,8 en septiembre, siendo la mínima de los últimos veinte meses.
En el caso español, la situación no es muy distinta, aunque parece que, dada su menor dependencia energética de Rusia, la tasa de inflación se va conteniendo y se espera un mayor crecimiento de la economía que en el resto de los países de Europa, según las previsiones de la OCDE.
En España, la inflación en noviembre, según datos adelantados por el INE, ha tenido una variación mensual negativa del 0,1%, mientras que en términos interanuales se mantiene la tendencia decreciente de los últimos meses hasta el 6,8% desde el 10,8% que se registró en julio. Por el contrario, la inflación subyacente se mantiene en torno al 6,3% en tasas interanuales (6,4 en agosto y 6,2 en octubre). El consumo aún no se ha visto fuertemente afectado por esta contracción del poder adquisitivo, quizás debido al ahorro embalsado durante el periodo de pandemia, así como a las ayudas que se están aplicando para minorar no solo la subida de los precios sino también la de los tipos de interés. Las exportaciones, de momento, tampoco se están viendo perjudicadas a pesar de que nuestro principal mercado es Europa que, por otra parte, ya se está viendo afectado por la contracción de la economía. El empleo también está teniendo un buen comportamiento, lo que incentiva la demanda interna.
Estas expectativas, unidas al incremento del PIB del 2º trimestre por encima de lo esperado y a la subida leve pero positiva del tercer trimestre, hacen que revisemos al alza nuestra previsión de crecimiento para 2022. A este respecto, también hay que tener en cuenta el comportamiento positivo de la inflación en los últimos meses, por debajo de lo inicialmente estimado. El hecho de que los precios de la energía y las materias primas estén empezando a ceder hace que ajustemos a la baja nuestra estimación del deflactor del PIB y, por ello, que aumentemos nuestra previsión de crecimiento, hasta el 4,1%. Para 2023, considerando que se está difiriendo la contracción de la economía, que será más profunda en ese año, se revisa a la baja hasta el 0,8% –una décima menos que en la previsión anterior– por la contracción de la demanda interna y de las exportaciones, sobre todo en el primer trimestre, aunque se espera un aumento del consumo público.
Aunque la inflación se está moderando, aún se sitúa en unos niveles muy altos, que hacen peligrar la viabilidad de muchas empresas, fundamentalmente las pymes. Es probable que la tasa de paro se mantenga en los niveles actuales hasta final de año, en torno al 12,7%, con cifras por debajo de los tres millones de parados. No obstante, el empleo está dando síntomas de estancamiento, y para 2023 se espera un incremento de la tasa de paro hasta el 13,1%.
En cuanto al déficit público, se mantienen las previsiones actuales del 4,6% y el 4,5% para 2022 y 2023, respectivamente. La deuda de las Administraciones Públicas en septiembre de 2022 ha ascendido a 1.504 mm de euros, según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), que supone el 116% del PIB. Dado el buen comportamiento de los ingresos impositivos y la reducción en 5.000 millones el volumen de financiación neto previsto para 2022, estimamos que la deuda se sitúe a 31 de diciembre en el 113,9%, 2,1 puntos menos que nuestra estimación anterior. Para 2023 consideramos que será algo superior, en torno al 114,3%.
El Banco Central Europeo ha incrementado los tipos de interés en sus últimas tres reuniones, hasta el 2 %, y, dada la incertidumbre existente, ha asegurado que se producirán nuevos incrementos para lograr el objetivo de estabilidad de precios y normalizar la inflación. Este enfriamiento de la economía favorecerá la recesión en gran parte de la zona euro. El Banco de España calcula que con cada aumento de 100 puntos básicos de los tipos de interés se elevaría la carga financiera de la deuda pública en un 0,4% adicional en 2024, lo que incrementaría la cifra de gastos financieros.
Previsiones de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas para 2022 y 2023:
2022 | 2023 | |
PIB | 4,1% | 0,8% |
IPC Medio | 8-8,2% | 4,0% |
Tasa de Paro | 12,7% | 13,1% |
Déficit Público/PIB | 4,6% | 4,5% |
Deuda Pública/PIB | 113,9% | 114,3% |